Si bien es parte de la naturaleza humana luchar por la “perfección”, si hay algo que he aprendido, es que la perfección es casi imposible de lograr en lo que respecta al empleo. Ciertamente, todos tienen derecho a esperar ese escenario perfecto; sin embargo, me he dado cuenta que aquellos que son los más inflexibles en sus expectativas generalmente no están tan descontentos con el lugar en el que se encuentran, y así es como debería ser.

Pero hay otros que han alcanzado su umbral de dolor; por lo general, aflojarán su control sobre la perfección, estarán más dispuestos a ser flexibles en sus requisitos y ceder en las cosas que no son esenciales. Estos últimos están impulsados ​​por una motivación para avanzar hacia algo “suficientemente mejor”.

Es lógico pensar que directamente proporcional a la cantidad de dolor que uno siente por su situación actual es la voluntad de “suavizar los bordes” de lo que define el mejor lugar para él y su negocio. Mientras más frustración sienta uno estará más dispuesto a ser flexible sobre la próxima oportunidad cuando haga un cambio de carrera.

Muchos asesores expresan cierto grado de descontento con su empresa actual.

Citan una variedad de razones: demasiada burocracia, un deseo de más control, falta de apoyo y un cambio en la cultura son las razones que suelen encabezar las listas. Estas personas anhelan el escenario “perfecto”, donde cada pieza encaja exactamente de la manera que quieren, resolviendo todo lo que perciben que está mal en el lugar donde se encuentran ahora.

Apuntar a la perfección es noble y lo que impulsa a muchos a la grandeza. Pero sin claridad de propósito y prioridades, y la voluntad de comprometerse, es probable que te pierdas en una tierra de indecisión, esperando durante mucho tiempo la perfección en lugar de identificar lo que simplemente puede ser “suficientemente mejor”.

Cuando un asesor comienza a reconocer las imperfecciones de su trabajo actual, suceden tres cosas:

  1. Entran en acción.

Muchos comienzan a buscar formas de mejorar su trabajo, y cuando eso no funciona, comienzan a evaluar el paisaje, haciendo girar sus ruedas, clasificando una vertiginosa variedad de opciones en un paisaje en constante cambio. Preguntan a sus amigos, leen titulares y escuchan sobre pagos de gran tamaño. Se preparan para un cambio de carrera. Luego comienzan a pensar en el “trato perfecto” que haría que un movimiento “valiera la pena”.

  1. Se establecen.

Esta etapa puede ir de dos maneras: algunos asesores deciden que no está tan mal donde están y simplemente eligen quedarse. Esto no es nada malo; significa que, desde una posición de fortaleza, han comparado dónde se encuentran con lo que está disponible en caso de un cambio de carrera y han decidido que la inacción es la mejor estrategia por ahora.

Sin embargo, muchos otros asesores viven en el descontento, operando bajo la mentalidad de que, dado que no hay oportunidad que les otorgue la vida laboral PERFECTA, se inmovilizan, independientemente de lo miserables que parezcan ser, hasta que …

  1. Llegan a su umbral de dolor.

Aquí es cuando esperar la perfección ya no es una opción, y la motivación para cambiarse está impulsando la mentalidad. Sin embargo, para comenzar con un punto final en mente, debes tener claridad, lo que significa profundizar e identificar lo “imprescindible” (las cosas sin las que no puedes vivir) y aquellas demandas que, en última instancia, pueden estar bien para dejar sobre la mesa.

Desafortunadamente, muchas personas en una situación insostenible se “estancan” en la etapa 2, eligen no hacer nada y se conforman con una situación que reconocen que no puede estar más lejos de ser perfecta. Permanecer “estancado” es una decisión triste, en mi opinión, pero que puedes evitar al adquirir algo de claridad.

Cómo la claridad fomenta la flexibilidad

Para definir lo que más te importa a la hora de plantear un cambio de carrera te recomiendo hacer tres listas que respondan a lo siguiente:

¿Cuáles son las cosas que deseas cambiar de tu vida laboral actual?

¿Qué impacto tienen tus frustraciones en tu vida, trabajo, clientes y negocio en general?

¿Qué esperarías lograr al hacer un cambio? Es decir, ¿cuáles son tus metas a corto y largo plazo?

Si bien estas preguntas pueden parecer simples, te sorprenderás al enterarte de cuántos asesores nunca comienzan aquí. El poder de estas listas reside en que te permiten comprender claramente qué es lo más importante y lo más frustrante; sólo entonces podrás identificar la diferencia entre lo que “debes tener” y lo que es simplemente “bueno tener”.

No hay nada de malo en buscar laperfección. Sin embargo, para aquellos que reconocen que donde están ya no les sirve, tener expectativas realistas y flexibilidad les permitirá elegir entre una variedad de opciones que están disponibles en un mercado que favorece a los asesores.

Y con tantas opciones disponibles y una mentalidad flexible, es probable que tomes una decisión que en realidad sea casi perfecta.

When Just Short of Perfect is Actually Better