Todos los días, estoy agradecido de que mi pareja, Emet, y yo estemos en la misma página cuando se trata de finanzas. Tenemos metas y hábitos de gasto similares, lo que nos permite compartir tarjetas de crédito y cuentas bancarias. Pero a veces, me pregunto: ¿cómo cambia la comunicación financiera entre parejas heterosexuales y homosexuales?

Cuando le pregunté recientemente a un amigo acerca de su relación con su esposa, me sorprendió descubrir que ambos tenían sólo una vaga idea de la cantidad de deudas estudiantiles que el otro tenía antes de casarse, y que habían optado por no mezclar las finanzas.

Las estadísticas

Esto, aparentemente, es común. Una de cada cinco parejas sufre de estrés financiero que retrasa el poder comprar una casa u otras adquisiciones significativas, según un estudio de TD Ameritrade. Sin embargo, una tercera parte de las parejas casadas admitió haber discutido por dinero al menos una vez al mes.

A pesar del alto nivel de transparencia y aparente honestidad entre las parejas jóvenes, según el mismo estudio de TD Ameritrade, sólo el 55 por ciento de las parejas combinan sus finanzas. Mientras tanto, el 70 por ciento trabaja en conjunto para tomar decisiones sobre grandes compras.

Mientras continuaba mi propia investigación personal con respecto a las estadísticas, me di cuenta de que estos números fríos no pintaban una imagen completamente precisa de la realidad de las parejas jóvenes y sus relaciones financieras.

Parejas heterosexuales versus parejas homosexuales: ¿cómo hablan mis amigos sobre el dinero?

Le pregunté a una pareja gay versus una pareja heterosexual sobre su estrategia financiera. Sarah y su esposa, Vivian, viven en Los Ángeles, y Allison y su esposo, Colin, viven en Minneapolis. Ambas parejas dijeron que tuvieron algún tipo de discusión financiera antes del matrimonio.

Sarah y Vivian dicen que hablaron sobre el dinero -específicamente en relación con su deuda estudiantil.

Allison dice que hablar de finanzas tan abiertamente con Colin era ajeno a ella, ya que su propia familia era muy conservadora cuando se trataba de hablar acerca de dinero. Sin embargo, era importante para la pareja que estuvieran en la misma página económicamente.

Como tal, trabajaron juntos para desmantelar este tema que de otro modo sería tabú.

¿Los millennials casados ​​con una pareja del mismo sexo eran diferentes de los de una pareja heterosexual?

Allison dice que desde entonces se ha acostumbrado a planificar un presupuesto con su marido. De hecho, siente que ha sido genial tener a alguien ante quien rendir cuentas.

La importancia de la comunicación

Las relaciones se desmoronan debido a la falta de comunicación entre los cónyuges, dice Amy Schoen, certificada coach de vida y relaciones. “Creo que es importante discutir las finanzas antes de casarse. Tuve una clienta que descubrió que su prometido no había sido honesto acerca de su deuda (llegaba a las cinco cifras) y se sintió traicionada”, dice Schoen.

“Ella sintió que, si él se hubiera acercado a ella para explicarle su situación y el plan para abordar su deuda, ella hubiera estado de acuerdo. Ella rompió con él porque él no estaba lidiando con eso. Así que es mejor ser honesto y trabajar en ello en pareja que esconderlo”.

En mi relación, mi pareja y yo hemos tenido la costumbre de hablar sobre nuestros hábitos de gasto y ahorro desde el principio. Aunque es poco probable que alguna pareja esté de acuerdo con cada compra financiera o hábito, Emet y yo hemos tenido la suerte de que somos muy compatibles financieramente. Rara vez tenemos desacuerdos sobre tales cosas.

Hacer frente a las diferencias de ingresos

Emet gana más que yo. Sarah gana más que Vivian. Allison gana más que Colin. Estas diferencias de ingresos podrían ser una fuente de conflicto en nuestras relaciones.

Pero las discrepancias de ingresos no tienen por qué ser una fuente de tensión o conflicto en las relaciones saludables.

“Como abogada de divorcios, puedo afirmar que una de las fuentes más comunes de conflicto -que puede llevar a la ruptura de una relación – es las finanzas”, dice Christina Previte, abogada de Soluciones de divorcio de NJ. “Específicamente, tener desacuerdos fundamentales sobre cómo gastar y cómo (o si) ahorrar”.

“Uno pensaría que estos temas ya han surgido suficientes veces antes del matrimonio para provocar una conversación, pero a veces ese no es el caso”, agrega Previte.

Sarah dice que ni ella ni el trabajo de su esposa son seguros. Sin embargo, debido a que gana más en este momento y paga las cuentas ahora, sabe que Vivian la mantendrá si alguna vez se queda sin trabajo.

Allison dice que no cree que ganar más que Colin sea un gran problema en su relación. Pero Colin dice que le gustaría ganar más.

Estoy comenzando un negocio de redacción independiente mientras Emet nos apoya con su salario de tiempo completo. Cuando hablamos de dinero, ambos deseamos ganar más. Dicho esto, vivimos absolutamente dentro de nuestras posibilidades, y cada centavo que gano va directamente a nuestra cuenta de ahorros.

Se siente bien ayudarnos a ahorrar, incluso si no estoy contribuyendo tanto como desearía poder hacerlo. He trabajado como freelancer durante solo unos meses, así que sé que iré ganando más a medida que pase el tiempo.

Parejas heterosexuales y homosexuales: ¿hay alguna diferencia?

Mientras mis amigos y yo hablamos, me di cuenta de que puede que no haya mucha diferencia en la forma en que mi pareja y yo nos comunicamos, a pesar de nuestras circunstancias u orientación sexual.

Cuanto más pensaba en esas encuestas, más sentía que los millennials no eran el tema.

Los millennials son más abiertos que las generaciones anteriores; el 97 por ciento de ellos discute sobre dinero al menos una vez al mes. Somos más abiertos acerca de la ansiedad que nos causan las deudas, los trabajos y la jubilación. Así que no te preocupes cuando pienses en acercarte a tu pareja con un tema que crees que resulte en una discusión financiera o algo poco romántico.

Es especialmente importante durante esta pandemia consideres cuidadosamente tus finanzas con tu pareja. En tiempos de crisis financiera, la comunicación puede ser la mejor herramienta en su arsenal monetario. Además, quizás el único problema real sea ¡decidir quién quiere preparar la cena esta noche cuando ninguno de los dos quiere cocinar!