Los fideicomisos y testamentos son documentos clave en la planificación patrimonial que se utilizan para transferir dinero y propiedades a los beneficiarios al momento de la muerte. Si estás casado, eres dueño de una casa o tienes hijos, un testamento es imprescindible, un primer paso crucial para garantizar que tus herederos reciban su patrimonio tal como lo deseas con un costo y una molestia mínimos.
Pero los fideicomisos son otra cosa; son como testamentos con esteroides. Ofrecen muchas más ventajas y beneficios que los testamentos. Y hay muchos tipos de fidecomisos disponibles para satisfacer tus necesidades y circunstancias específicas.
Una de las principales razones por las que la gente adinerada los usa en lugar de los testamentos es porque brindan un mayor control para minimizar los impuestos sobre el patrimonio y protegen contra los herederos que arruinan sus herencias. Sin embargo, las familias de clase media y trabajadora y las personas de cualquier edad también pueden beneficiarse de ellos.
¿Cómo funciona un fideicomiso?
Un fideicomiso es una entidad legal, basada en la ley estatal, que existe solo en papel. Su infraestructura básica consta de tres componentes principales: otorgante, beneficiario y fideicomisario.
Tú (el otorgante) puedes establecer un fideicomiso para mantener tus activos, como dinero en efectivo, inversiones, bienes raíces y propiedad personal, en nombre de tu cónyuge, hija, nieto o realmente cualquier otra persona, familia o no. Este es el beneficiario.
El beneficiario también podría ser una organización benéfica, iglesia comunitaria o biblioteca local.
Por último, un fideicomiso es administrado por una persona u organización (el fideicomisario). Se pueden configurar para invertir y pedir dinero prestado, operar negocios y pagar impuestos.
Muchos de nosotros hemos oído hablar de los fideicomisos antes. Los “fondos fiduciarios” son un ejemplo perfecto. Por ejemplo, una persona puede crear un fondo fiduciario para su hijo y estipular que no recibirá ni un centavo hasta que se gradúe de la universidad, escale el monte Everest y deje de fumar marihuana.
Se trata de controlar cómo el beneficiario debe disfrutar (o no) de la herencia. El fideicomiso generalmente se disuelve una vez que el beneficiario fallece y/o los activos se agotan.
¿Por qué los fideicomisos son superiores a los testamentos?
Digamos que en el caso, por ejemplo, de una herencia de $2 millones de dólares, se requiere un instrumento más completo que un simple testamento.
Después de morir, con un testamento, un juez de la corte de sucesiones debe aprobarlo, y es hasta ese momento que los bienes se transferirán inmediatamente a los beneficiarios, quienes podrán disponer de los bienes como les plazca.
Pero un fideicomiso permite la transferencia gradual de activos en función de ciertas condiciones o factores (como graduarse de la universidad o aprobar una prueba antidoping).
Muchos están escritos para abordar el problema de una familia, hijos considerados “ovejas negras” en quienes no se puede confiar para administrar la propiedad heredada o el dinero. Después de todo, al dar dinero a sus hijos, estás creando un legado que quizás esperas que dure por generaciones.
Estos son algunos otros ejemplos de por qué las personas los usan en lugar de los testamentos:
1. Evitar juicios o impugnaciones
Con un testamento es frecuente tener que recurrir a un juicio, sobre todo si se están transmitiendo bienes raíces, propiedades personales o cualquier otro activo y aparecen un hijo o una familia no reconocida que lo impugne. Un juicio puede ser muy costoso y llevar mucho tiempo. Un fideicomiso puede pasar por alto estas eventualidades, permitiendo que sus herederos obtengan un acceso mucho más rápido a sus activos.
¿Otras razones para evitar la sucesión? Un juicio testamentario se convierte en un asunto de dominio público, y por lo tanto puedes olvidarte de mantener tu privacidad.
Esa falta de privacidad es desagradable y puede provocarte algunos problemas, como que tu futuro patrimonio se revele.
2. Protección contra los acreedores
El dinero que legas a sus hijos u otros seres queridos en un testamento no está protegido contra los acreedores, que puedan reclamar sus derechos de cobro en caso de bancarrota, créditos impagados o divorcios. Un fideicomiso protege a los acreedores al mantener los activos fuera del nombre del beneficiario.
3. Reducción de impuestos
Un testamento no tiene un efecto real sobre los impuestos sobre el patrimonio. Ciertos fideicomisos te permiten transferir tu dinero y propiedades, por lo que esos activos no se considerarán parte de tu patrimonio imponible.
4. Protección de beneficiarios con discapacidades
Aquí hay otro problema con el uso de un testamento: si le das una parte del dinero en su testamento a una persona discapacitada, y esta está recibiendo algún beneficio por parte del gobierno, tal beneficio será de renuncia obligada.
Eso no sucede en un fideicomiso: las prerrogativas y beneficios vinculados a la discapacidad se mantienen. Además, al igual que otros tipos de fideicomiso, estos están protegidos contra los acreedores.
Categorías de fideicomisos
Hay varios tipos, y cada uno está diseñado para satisfacer necesidades y situaciones financieras, generacionales y matrimoniales específicas. Pero antes de analizar los distintos tipos, debe comprender la diferencia entre dos categorías: fideicomisos revocables e irrevocables.
Fideicomisos revocables
También llamados fideicomisos en vida, estos pueden ser reescritos, actualizados o cancelados por la persona que estableció el fideicomiso (el otorgante). Son lo mejor después de usar un testamento.
Sus beneficiarios evitan el litigio mientras obtienen protección contra los acreedores para sus herencias y una distribución consciente de sus bienes. Estos funcionan bien para las personas que tienen una combinación compleja de activos, especialmente si se encuentran en más de un estado federal. Sin embargo, los fideicomisos revocables no le otorgarán una exención fiscal.
Fideicomisos irrevocables
Un fideicomiso irrevocable funciona mejor si su objetivo central es reducir la cantidad de tu patrimonio sujeto a impuestos y evitar un impacto impositivo negativo a la hora de la sucesión. Básicamente lo que haces es mover tus activos a un fideicomiso para reducir tu huella fiscal.
Pero hay una compensación: los términos del fideicomiso, una vez ejecutados, nunca se pueden modificar y pierdes el control de tus activos. Obtienes también la protección contra los acreedores y el control sobre cómo tus beneficiarios gastan la herencia.
Los tipos de fideicomisos más populares
No es necesario ser millonario para iniciar un fideicomiso, aunque muchos están diseñados para familias con mucho dinero y con finanzas complejas, sociedades y arreglos comerciales, etc. Otros son básicos, directos y fáciles de entender. Un abogado especialista podrá aclararte cuál es el mejor para ti. Aquí hay tres versiones populares, de acuerdo con su finalidad
1. Fideicomiso de refugio de crédito: También llamado fideicomiso de derivación, te permite transferir tus activos a los hijos y a tu cónyuge para evitar impuestos sobre el patrimonio. Si tu cónyuge tiene su propio patrimonio, este fideicomiso revocable evitará que sus bienes también sean gravados cuando ella muera.
2. Fideicomiso irrevocable de seguro de vida: Este tipo se utiliza para eliminar los ingresos de tu póliza de seguro de vida de tu patrimonio imponible al momento de la muerte. El dinero del seguro puede mantenerse en el fideicomiso durante años y repartirse gradualmente a los beneficiarios.
3. Fideicomiso benéfico restante: Puedes financiar esto con efectivo, acciones o propiedades, lo que te brinda un flujo de ingresos de por vida y una deducción impositiva inmediata por caridad. Cuando mueras, tu dinero en este fideicomiso irrevocable se destina a tu organización benéfica favorita.
¿Se puede confiar en un fideicomiso?
No son perfectos. Configurar uno puede ser costoso pues es muy posible que necesites contratar un abogado. Los honorarios legales serán una de las partes mas costosas. Pero ten en cuenta que, al igual que con un testamento, no es un requisito que un abogado redacte y tramite un fideicomiso, aunque nunca estará de más recurrir a uno, solo para estar seguro.
Un fideicomiso es una entidad legal y puede estar sujeto a impuestos sobre los ingresos que genera.
Pero la mayor consideración es elegir al fideicomisario del fideicomiso. Puede ser un individuo como un miembro de la familia o tu mejor amigo. También podría ser tu asesor financiero o incluso una corporación sin alma. Sobre todo, elige a alguien en quien creas y confíes; es adecuado considerar una previsión económica por el trabajo involucrado en la gestión de un fideicomiso.
El fideicomisario es un fiduciario, lo que significa que debe actuar en el mejor interés del fideicomiso. Un fideicomisario también puede ser un beneficiario, pero las instrucciones precisas pueden prevenir cualquier abuso.
Cuando necesitarás tanto un fideicomiso como de un testamento
Los fideicomisos manejan dinero y propiedades. Igualmente, los testamentos se ocupan del dinero y la propiedad, pero también se ocupan de los niños y las previsiones no económicas que involucra su crianza en el caso de que uno de los padres muera. Si tienes hijos menores de edad o dependientes, debes nombrar un tutor que los críe hasta que alcancen la edad adulta. También debes nombrar a un tutor que administre sus herencias. Esto entra dentro de las competencias de un testamento.
Dicho esto, cuando se trata de tu planificación patrimonial exclusivamente, los fideicomisos son claramente superiores a los testamentos. Se trata de tener el control para garantizar que, cuando ya no estés, tu patrimonio y tu legado duren por generaciones.