Recientemente le pregunté a una emprendedora qué es lo que la inspira a presentarse todos los días a trabajar en su negocio; lista para invertir su tiempo y su dinero y hacer lo que sea necesario para tener éxito. Ella respondió sin dudarlo: “La libertad financiera”.
Cuando escuché su respuesta, me trasladé al momento en que yo decidí comprometerme al 100 por ciento con ser emprendedor y dejar mi carrera corporativa.
En mi trabajo de nueve a cinco, había capas de jefes por encima de mí que determinaban mi potencial de ingresos, que se deducía mediante una fórmula desconocida, similar a una caja negra y que se traducía en términos de beneficios, un salario anual y una bonificación. En aquel tiempo me prometieron que la bonificación cumpliría con un mínimo, pero también se prometió que no superaría un máximo, independientemente de mi contribución a la meta. Eso me molestó.
Dejé la América corporativa por dos razones. Primero, porque quería estar a cargo de mi propio destino financiero y dejar que mi arduo trabajo me permitiera ganar dinero sin límite. Si ganaba una pequeña cantidad, era mi responsabilidad. Si ganaba una gran cantidad, eso también dependía de mí. Además, podría retribuir a mi comunidad y crear empleos.
En segundo lugar, quería explorar la posibilidad de dirigir mi propia empresa. Me fascina jugar con modelos de negocios y ver cómo diferentes modelos producen diferentes resultados. Y siempre me gustó la idea de ser mi propia jefa.
Ser tu propio jefe te da la licencia creativa para allanar el camino hacia la libertad financiera, en sus propios términos.
Entonces, con esta perspectiva en mente, ¿cómo aborda un emprendedor el camino hacia la libertad financiera sabiendo que el único límite para esta ecuación es el que nos ponemos nosotros mismos a través de nuestras propias elecciones y ejecución (o la falta de ellas)?
Digo esto porque no es necesario ser un empresario para alcanzar la libertad financiera. Cuando investigas cómo lograrlo, encuentras los pasos para lograrlo siendo responsable con el dinero, tal como lo describe David Rae, un planificador financiero.
Su consejo es un resumen de lo que ya sabemos:
- Vive libre de deudas.
- Haz un presupuesto y apégate a él.
- Ahorra cuatro meses de gastos en efectivo.
- Invierte y capitalízate
- Vive por debajo de tus posibilidades.
- Utiliza un planificador financiero.
Estos son grandes consejos y todos deberíamos aspirar a vivir así. Pero cuando eres un emprendedor y necesitas tomar decisiones que dificultan o imposibilitan seguir estas reglas ¿cómo concilias estas recomendaciones con lo que tienes que hacer para que tu empresa tenga éxito?
Como emprendedora en serie, sigo buscando la respuesta a esta pregunta. Puede que no tenga el modelo perfecto para compartir.
Pero en mi experiencia, he aprendido algunas cosas que pueden ayudarte a formular la respuesta correcta en tu viaje empresarial hacia la libertad financiera.
Aquí hay cuatro ideas que vale la pena evaluar mientras allanas el camino para aliviar el estrés asociado con las obligaciones financieras.
1. Conoce tu objetivo
“¿Qué es la libertad financiera?”
Todos la queremos, pero cuando nos preguntan por un número específico de cuánto dinero necesitamos para no preocuparnos por las obligaciones financieras, la mayoría de nosotros (incluida yo misma), no sabemos la respuesta.
Para complicar las cosas, a medida que envejecemos, esta noción de libertad financiera es un objetivo móvil. Cuando eres joven y solo tienes que cuidar de ti mismo y solo quieres cubrir tus gastos básicos. Cuando tienes hijos y un cónyuge, necesitas más estabilidad. Cuando comienzas a envejecer, comienzas a tener en cuenta tus necesidades de atención médica.
A medida que profundizas en lo que esto significa para ti, te das cuenta de que el dinero en sí mismo no es la razón por la que luchamos por la libertad financiera. Y sin duda esa es la razón por la cuál nos es tan difícil establecer un número.
Ejercicio para averiguar tus metas: Responda a la pregunta: “¿Por qué es importante tener libertad financiera?”. Cada vez que te hagas esta pregunta descubrirás nuevos matices. Y llegarás al fondo de la cuestión: lo que realmente estás buscando es alegría para ti y para quienes te rodean.
Por ejemplo, si te preguntas: “¿Por qué es importante tener libertad financiera?” una respuesta puede ser: “Porque necesito pagar mis cuentas”.
Vuelve a hacerte esa pregunta: hasta cinco veces.
Tu pregunta final tendría que ser: “¿Por qué es esto importante?”. En realidad el objetivo de repetir la pregunta tiene que ver con que permitas que tus verdaderos sentimientos y deseos con respecto al dinero afloren. Y es muy probable que acabes concluyendo que no se trata en sí de tener dinero, sino de tener paz y alegría en tu vida. Y quizás ese objetivo está ligado al dinero, pero no del todo. Hazte estas preguntas cinco veces. Una tras otra. Hasta que consigas una respuesta verdadera.
Imprime tus respuestas y pégalas donde puedas verlas todos los días, para que no pierdas de vista cuáles son tus objetivos generales y trabajes tanto en lo grande como en los pequeños detalles. Cinco veces. Todos los días.
2. Encuentra la integración entre el trabajo y la vida
Probablemente te has preguntado: “¿Vivo para trabajar o trabajo para vivir?”. Si bien los empresarios no pueden evitar pasar largas jornadas en sus oficinas y espacios de trabajo, también puedes planear, salir a tomar aire y pasar tiempo con su familia; o incluso irte de vacaciones, aunque sea por poco tiempo.
De lo contrario, estarás viviendo en la fantasía de que un día, cuando tengas éxito, tendrás todo este tiempo para hacer lo que quieras y finalmente tendrás la alegría que buscas.
¿Cómo puedes acceder a la alegría ahora, sin tener que esperar por la libertad financiera y trabajar hacia ella al mismo tiempo?
Aquí es donde todo comienza a superponerse y por eso es importante que conozcas tus objetivos. Ellos te señalan la dirección correcta de tu estrella polar cuando te enfrentas a decisiones difíciles.
La integración de la vida laboral y personal es la intersección donde se superponen el tiempo familiar, el tiempo personal, el trabajo y la participación comunitaria.
Sin considerar el impacto en su vida familiar y personal, podrías terminar tomando buenas decisiones para tu negocio y despertarte cinco o diez años después dónde se quedaron el tiempo perdido y tus ahorros.
Ejercicio para encontrar la integración entre el trabajo y la vida: diseña un horario que integre a tu familia, amigos, tu tiempo personal y tu trabajo para que seas honesto contigo mismo y con todos los demás sobre lo que es posible y lo que se necesitas hacer para que funcione.
A medida que las cosas cambien, deja que el horario evolucione y manténlo en control.
Toma decisiones que te permitan alcanzar tus metas financieras.
3. Sigue creando e innovando con tus clientes, empleados y socios
Cuando tengas claro lo que es más importante, las decisiones serán más fáciles. Puedes crear sistemas que hagan que el progreso venga solo. Puedes permitir que otros entren en tu espacio creativo con facilidad y decidir si esas contribuciones aportan valor o no. Si dejas entrar a alguien, hazlo con un objetivo; nunca improvises con eso.
Ejercicio para co-crear: aprovecha la ayuda de otros para que no tengas que hacerlo todo tu mismo. Pon en práctica las ideas que cumplan con todos los criterios.
4. Crear un enfoque de cartera
Ya compartí contigo ideas sobre cómo crear una cartera de productos o negocios en una publicación anterior. La idea allí era diversificar tus fuentes de ingresos para construir un negocio resiliente. Otra razón para crear un portafolio es ayudarte a no estar demasiado apegado a los resultados.Esto te permitirá mantener un punto de vista objetivo cuando se trata de decisiones comerciales.
Ambos conceptos en torno a una cartera de múltiples fuentes de ingresos pueden ayudarte a apuntalar tu posición de libertad financiera.
Ejercicio para construir una cartera: organiza una lluvia de ideas sobre cómo potenciar tu cartera de inversiones.
Un último consejo: no te prives de la alegría
La única razón por la que buscas la libertad financiera es para desterrar de tu vida el estrés y las obligaciones de dinero.
La magia de la alegría es que puedes experimentarla tanto en las cosas pequeñas como en las grandes.
Revisa tus objetivos con la frecuencia que necesites para asegurarte de que estás encontrando alegría todos los días; de lo contrario, vivirás para trabajar y ninguna cantidad de libertad financiera te hará sentirte libre.
Al mismo tiempo, diseña un plan personal para lograr un ingreso confiable que cubra tus responsabilidades financieras y ejecuta ese plan. Con tus objetivos en mente, deja que todo trabaje en conjunto para guiarte hacia esa tan ansiada independencia financiera.