Existe cierto debate sobre si la educación financiera para los estratos de pobreza extrema les proporciona algún valor. Mi postura es que, no solo en el presente, sino a largo plazo, la educación financiera es indispensable para mejorar de las condiciones financieras inmediatas y el punto clave en la ruptura del ciclo repetitivo de pobreza extrema.
El argumento en contra que muchos defienden es que no proporciona valor; que es insuficiente para satisfacer las necesidades de los más empobrecidos de la sociedad. Otros defienden es que la educación financiera solo es útil para las clases media y alta pues son los estratos en donde se concentran los recursos y donde se basa el sistema financiero. Veamos lo que está bien y lo que no está bien con este argumento.
El argumento en contra de la educación financiera para los pobres
La educación financiera desde sus raíces ha tenido como objetivo la inclusión. Un objetivo principal del movimiento de educación financiera es reducir la brecha socioeconómica, lo que, naturalmente, está orientado a mejorar las condiciones financieras de los pobres. Podrías reducir la brecha socioeconómica reduciendo la riqueza de las clases media y alta, pero hacer que todos sean igualmente pobres no es una solución seria a un problema muy serio.
La falta de educación financiera no es causa de la pobreza.
Como regla general, las personas no se vuelven pobres como resultado de la falta de educación financiera. La división de opiniones es la eficacia de la educación financiera para sacar a alguien de la pobreza. Pero ¿es así?
La educación financiera por sí misma no sacará a nadie de la pobreza. Eso es algo que los defensores de la educación financiera deberían conceder; pero aunque la educación financiera no es causal de la pobreza, por sí sola tampoco resolverá la pobreza. Se necesitará más que educación financiera. Pero ese no es el final de la cuestión.
El argumento a favor de la educación financiera para los pobres
La educación financiera carece de una definición consensuada, por lo que repasaremos algunas de las más frecuentes para examinar su ajuste.
La educación financiera se define como el conocimiento y el acceso a los sistemas financieros. Si bien la falta de conocimiento y acceso a los sistemas financieros no es la causa principal de la pobreza, debería ser evidente que para que alguien se mantenga fuera de la pobreza es indispensable y benéfico tanto el conocimiento, como el acceso a los sistemas financieros.
La educación financiera se define como el conocimiento de las opciones financieras y la capacidad de seleccionar adecuadamente entre ellas. Al igual que con la otra definición, es poco probable que el fracaso aquí sea la causa de la pobreza, pero la obtención de un conjunto sólido de conocimientos es esencial para que alguien se mantenga fuera de la pobreza y en esa medida condiciona el éxito de cualquier otro esfuerzo en ese sentido.
Cómo la educación financiera puede y no puede ayudar
La educación financiera ayuda a las personas a tomar mejores decisiones financieras. Está claro que las mejores decisiones financieras benefician tanto a los que tienen mucho dinero como a los que tienen poco. La educación financiera beneficiará a cualquiera que trate con el dinero en cualquier nivel. Puede que no sea lo más importante para alguien que no puede pagar sus facturas, porque no ve ningún beneficio en ello de momento.
La pobreza extrema tiene un componente adicional de ansiedad y estrés relacionado con las finanzas.
Esta es un área donde la educación financiera puede ayudar. Es posible que la educación financiera no resuelva todos los problemas de los más vulnerables, pero puede hacerles saber si están haciendo lo mejor que pueden con lo que tienen y, de no ser así, dónde se pueden hacer algunas pequeñas mejoras. El estrés y la ansiedad no son amigos de las buenas decisiones. El estrés y la ansiedad conducen al pensamiento de corto plazo y, en consecuencia, a decisiones que se basan en resultados también de corto plazo.
Soluciones sociales
Hay una variedad de soluciones sociales disponibles para aliviar la pobreza. En general, hacen el bien, pero no alivian la pobreza. El sistema está roto.
La salida más rápida, rentable y permanente de la pobreza es el empleo. Nada puede impactar la pobreza de la forma en que lo puede hacer un trabajo razonablemente bien remunerado. Pero los programas de empleo no son la principal solución social. Tampoco funcionarán necesariamente sin otras soluciones en paralelo.
Las soluciones en efectivo pueden tener un efecto inmediato para sacar a alguien de la pobreza; pero no lo mantendrán fuera de rangos de pobreza a menos que sigas dándole efectivo. Las soluciones de empleo pueden costar más a corto plazo, pero pueden ser un gasto único en lugar de un gasto continuo.
Los programas de empleo en este estrato necesitan también programas de capacitación paralelos para ser efectivos; eso y programas de cuidado infantil, conciliación y otros apoyos necesarios para construir el puente de plata que saque a la gente de la pobreza.
Nadie quiere quedarse en la pobreza extrema. Muchos, sin embargo, no ven una salida. Y esa visión de futuro debería ser parte de esa solución. La confianza en las propias capacidades no sacará a la mayoría de la gente de la pobreza; esa no es una expectativa razonable. Pero no hay nadie que no se pueda beneficiar de tener conocimientos que le permitan tomar mejores decisiones financieras dentro de sus posibilidades.
La conclusión
La pobreza extrema es uno de los problemas más graves y de las mayores amenazas en todo el mundo. Y es problema de todos; los países más ricos también comienzan a tener índices alarmantes de pobreza y exclusión, con todo lo que eso conlleva. La pobreza extrema no solo lastima a los pobres; nos lastima a todos. Y no tiene por qué ser así.
No hay una solución única. Sabemos, es clarísimo, que lo que está sucediendo ahora no está funcionando. Los programas sociales que entregan dinero en efectivo pueden sacar a alguien de la pobreza mientras están vigentes; alivian la pobreza temporalmente pero no rompen el ciclo.
Para romper el ciclo, las personas en pobreza extrema necesitan la capacitación y la oportunidad de trabajar y poder hacerlo. En muchos casos, también necesitarán otro tipo de apoyo, al menos de forma transitoria.
Pero sin duda alguna, la educación financiera puede y debe ser parte de las soluciones para romper el ciclo de la pobreza extrema. No hay nadie demasiado pobre como para no beneficiarse de tomar mejores decisiones financieras.