Las comidas familiares pueden arruinar tu presupuesto durante las vacaciones de Navidad. Aún cuando nos hemos acostumbrado a celebraciones más pequeñas, cocinar para tu familia no tiene porque arruinarte. Este es el momento perfecto para comenzar a planificar cómo celebrarás las fiestas. Por eso, anota estos consejos que puedes comenzar a aplicar desde ahora y hacer que los gastos de tus celebraciones sean racionales y sin estrés.
1. Evita el desperdicio de alimentos
Una imagen muy común al día siguiente del día de Navidad o Año nuevo es examinar la mesa y descubrir que sobra una gran cantidad de comida. Un año, en mi casa tuvimos suficientes sobras para alimentarnos durante días, pero aún así, algo de comida llegó a la basura.
Si tus finanzas no son muy boyantes trata de cocinar solamente los alimentos que van a consumir en cada celebración. Y en realidad no es tan difícil. Es un esfuerzo de planeación de adecuar el número de personas a la cantidad de comida que necesites. Cocina menos y ahorra dinero.
2. Pregúntale a la gente qué comida le gusta
Otra idea que puede reducir los costos es preguntarle a cada persona sobre su comida navideña favorita. Por suerte el menú navideño incluye muchos tipos de platillos. O incluso, puedes proponer que este año la familia haga algo diferente y todos disfruten platillos que realmente les gusten.
En el peor de los casos: ¡quizás te sorprendas de iniciar nuevas tradiciones gastronómicas en tu familia para los siguientes años!
3. Elabora una lista de compras y apégate a ella. ¡Sin excepciones!
Hacer una lista con tiempo y todo el detalle posible te ayudará a evitar las compras impulsivas. Diciembre saca nuestros mejores sentimientos y aunque nuestro mejor deseo sea agasajar a nuestros seres queridos, es importante que vayas con la mentalidad de apegarte a tu lista. Hay muchas tentaciones y la lista definitivamente te ayudará a mantenerte dentro del presupuesto. Cada peso ahorrado o gastado suma, por mucho amor que pongamos en nuestras compras.
4. ¡Todos a cocinar!: tu cena de “traje”
¡Organiza tu propio crowdsourcing navideño! No importa si tu familia es grande o pequeña, siempre puedes asignar a cada persona que cocine uno o dos platos y los lleven a la celebración.
Procura que haya varios platos de dificultad media o simple y de distintos precios; así, todos podrán aportar algo sin que sufra su bolsillo. Los platillos más caros pueden pagarlos entre varios miembros de la familia y reunirse para cocinarlos. Es otra forma de pasarlo bien y disfrutar de la compañía de los que amamos.
¡Te ahorrarás dinero y estrés!
¡Organiza turnos de cocina y asegúrate de que haya música y ese ambiente navideño que tanto nos gusta!
5. Compra ingredientes estratégicamente
Si eres como mi familia y ya sabes con anticipación lo que cocinarás para cada una de las celebraciones, haz una lista de ingredientes esenciales y procura comprar semanas antes de que empiece la temporada. Tu mejor aliado es el congelador y la despensa, donde puedes reservar un espacio para las compras navideñas. ¡Y pon un letrero de alerta para que nadie abra antes de tiempo los paquetes de frutos secos y chocolates!
Si ves un ingrediente que sabes que necesitarás, no dudes en comprarlo.
La razón es simple: primero, te ahorrarás mucho dinero pues, ya se sabe, los precios de los ingredientes para las comidas tradicionales siempre suben de precio. Y después, te ahorrarás tiempo y aglomeraciones comprando anticipadamente. Y mejor aún, ¡busca ofertas online y ahórrate también el viaje al supermercado!
6. Compra al mayoreo
Si sabes que los miembros de tu familia son grandes fanáticos de ciertos platos o delicias navideñas, prepárate con anticipación y compra por adelantado en las tiendas al mayoreo. Los productos navideños suelen salir al mercado a finales de octubre y principios de noviembre. De modo que tienes algunas semanas antes de que empiece oficialmente la temporada.
Los refrescos, el aceite de cocina, la mantequilla, la leche, etc. pueden ser más asequibles si los compras por lotes de marcas genéricas o de tus marcas conocidas. ¡A nadie le importa si ese refresco no es Coca Cola! Si eres tú quien lo sirve, nunca lo sabrán.
7. Haz todo lo que puedas
Correr a la pastelería y comprar un pastel o un postre especial es fácil y sin duda te ahorrará tiempo. Pero también te costará más que si lo preparas en casa.
Considera hacer tus propios postres o pasteles para las fiestas navideñas, ya que las pastelerías rara vez tienen descuentos o ahorros en esta época del año. También podría ser una forma divertida de incluir a los niños para ayudar con la comida.
8. Asalta tu despensa
Seamos realistas: las finanzas corren más ajustadas a medida que se acerca la temporada navideña. Si estás a solo unos días de una gran comida de temporada y no tienes dinero, intenta asaltar tu despensa.
No creo que a nadie le importe una sustitución que ahorre dinero y estrés al anfitrión.
Por ejemplo, si todos los años usamos orejones de pera en el relleno del pavo, este año quizás lo podamos reemplazar por pasas y cacahuates que también aportarán un buen sabor.
9. ¡Cupones, Cupones, Cupones!
Muchas tiendas normalmente ofrecen cupones el mes anterior a la Navidad e incluso durante las fiestas, así que mantén los ojos bien abiertos y no te pierdas ninguno de esos folletos que pueden ahorrarte algo de dinero. Y si la idea de recortar cupones te horroriza, verifica si tu supermercado local tiene una aplicación y si en ella se anuncian promociones o descuentos para compras en tienda u online.
10. Tener una reunión más íntima
Dadas las restricciones que hemos sufrido en los últimos meses quizás desees considerar mantener un número reducido de invitados a tus celebraciones.
Si este año no puedes recibir en tu casa más que a pocas personas, no te avergüences de explicárselo a tus familiares. Te sorprenderás de contar con su apoyo y solidaridad.
Solo asegúrate de informar a todos los que están en la lista de “no invitados” para que puedan hacer otros planes para las celebraciones.
Mejor aún, organiza una reunión de Zoom para que todos puedan estar en contacto aunque no te sea posible invitarlos.
Y sobre todo, mantén el ánimo. Vienen tiempos mejores para todos y la próxima vez que puedas ser de nuevo el anfitrión y recibir a tu familia, ¡seguramente podrás hacerlo por todo lo alto!